La flagrante y continua violación a los Derechos Económicos: la destrucción del dinero

Manuel Sutherland

Cuando se habla de derechos humanos, la población en general piensa en los derechos asociados a la libertad de expresión, de asociación y de ejercer la política sin persecuciones. Cuando ocurren violaciones a los DD.HH. las personas suelen imaginarse episodios donde las fuerzas del Estado despliegan violencia sobre activistas o ciudadanos que expresan ideas diferentes a las del régimen vigente de un país. Por ende, parece que los DD.HH. están únicamente relacionados al ámbito de las libertades políticas y a una vida exenta de violencia. Sin embargo, esto no es realmente así.

Con mucha menos prensa, diríase, a sotto voce, se ha venido desarrollandoel complejo entramado jurídico de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales (DESC), que dentro de sí incluyen los derechos: a la alimentación, a la vivienda adecuada, a la educación, a la salud, a la seguridad social, a la participación en la vida cultural, al agua y al trabajo digno. Los DESC se encuentran reconocidos en el Pacto Internacional de los DESC, adoptado por los Estados parte del Sistema Universal de Derechos Humanos en el año 1966 (en vigor a partir de 1976) y ratificado por Venezuela en 1978[1].

Todos los derechos humanos, ya sean civiles y políticos o económicos, sociales y culturales, están interrelacionados[2]. Por ejemplo, las personas analfabetas tienen más dificultades para desarrollar todo su potencial, ello dificulta la posibilidad de encontrar trabajo o participar en la actividad política. La malnutrición y el hambre son menos probables allí donde los individuos pueden ejercer efectivamente su derecho al voto e influir en las prioridades del gobierno[3].

El origen y concepto de los DESC

En las últimas décadas, desde la Declaración de Viena sobre los Derechos Humanos de 1993, se ha producido un retorno a la arquitectura original de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), reafirmando su indivisibilidad. Al mismo tiempo, se ha renovado la atención a la importancia de los DESC, en particular en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el tratamiento y la prevención de la crisis de los conflictos en todo el mundo[4].

En toda la declaración, relativa a los DESC, destaca, como eje central, el hecho de que los Estados están obligados, con efecto inmediato, a garantizar el disfrute de los niveles mínimos esenciales de cada uno de esos derechos. El deber de cumplir progresivamente los DESC implica la prohibición de medidas que disminuyan el disfrute actual de tales derechos. Incluso cuando los recursos son muy limitados, el Estado tiene el deber de adoptar políticas para proteger a los más vulnerables. Entre ellas se pueden incluir impuestos y transferencias sociales para mitigar las desigualdades que surgen o se exacerban en tiempos de crisis. Incluso si un Estado tiene recursos inadecuados a su disposición, debe introducir programas de bajo coste y dirigidos a ayudar a los más necesitados para que los recursos limitados se utilicen de forma eficiente y eficaz[5].

Los DESC de un individuo pueden ser vulnerados por diversos medios. Las transgresiones se producen cuando un Estado incumple sus obligaciones de respetar, proteger y cumplir estos derechos. Por ejemplo:

  • Desahuciar por la fuerza a las personas de sus hogares (derecho a una vivienda adecuada).
  • No garantizar un ingreso mínimo suficiente para vivir decentemente (derecho al trabajo).
  • No evitar el hambre en todas las zonas y comunidades del país (vivir libre del hambre).
  • Impedir el acceso a servicios relativos a la salud sexual y reproductiva (derecho a la salud).

Como hemos visto en otros artículos para Polítika UCAB[6], la palmaria destrucción de los salarios, la seguridad social, el sistema de pensiones, el valor y disponibilidad del signo monetario; constituyen una serie de flagrantes violaciones a los DESC. Dichos atropellos impiden el acceso a una vida digna, al desarrollo social armónico. La hiperinflación producida por la expansión indiscriminada de dinero sin respaldo, ha destruido el valor de las remuneraciones, los ahorros y las jubilaciones. Ello impide tener un ingreso mínimo suficiente para vivir adecuadamente, un desafuero al derecho al trabajo. Igualmente, la censura que se le impone a las estadísticas en Venezuela es una violación a derechos sociales fundamentales, referidos a la necesidad de estar informados y saber de los resultados de la gestión gubernamental. Eso también dificulta la elaboración de estrategias para poder satisfacer los DESC más elementales y solucionar problemas severos.

En este artículo hablaremos solamente de los derechos económicos. Siendo los DD.EE. tan de amplio espectro, es menester, por razones de espacio, concentrarnos en una sola arista de los mismos, a saber, la destrucción del dinero en cuanto a sus funciones elementales: medio de pago, reserva de valor y unidad de cuenta. 

Hiperinflación y desaparición del dinero como violación a los DESC

La hiperinflación venezolana ha roto registros lamentables, llegando a ser la tercera más larga en la historia, detrás de la hiperinflación acaecida en Nicaragua y en Grecia, hace muchos años. Como es natural en este tipo de procesos, la moneda del país que la sufre se desvanece entre la mar de ceros a la derecha que le colocan a su hipertrofiado cono monetario. El caso venezolano ha sido realmente atípico, las autoridades monetarias han optado por dejar morir de mengua a la familia dineraria y dejar fluir a una canasta de medios pagos sustitutos: dólares[7], euros, pesos colombianos, oro en polvo, etc. A diferencia de la hiperinflación en Zimbabue, la mayor en la historia, ni siquiera se imprimieron billetes al ritmo necesario como para cubrir las necesidades de medios de pagos físicos.

La hiperinflación, según cifras oficiales, surge en diciembre de 2017 como el primer mes en el cual el país rompe la barrera considerada como “hiperinflacionaria” (50 % intermensual). El guarismo puntual fue: 55,6 %[8]. Siguiendo con las cifras oficiales, podemos ver que el mayor índice mensual de inflación se observó en enero de 2019, llegando a marcar un impresionante 196 %, casi el doble de la inflación anual más alta que había tenido nuestra república[9].

El proceso hiperinflacionario culminó en enero del año 2022, en ese mes se cumplían 12 meses con inflaciones intermensuales menores a 50 %. La cifra acumulada de la hiperinflación en sus cuatro años de extensión (diciembre 2017 a diciembre de 2021) alcanza la estremecedora cifra de 3.033.422.459,28 %. Es muy difícil dimensionar un incremento en el nivel general de precios de más de tres mil millones por ciento. Es una cifra dolorosa y grotesca, pero que según otras estimaciones está muy subestimada. Evidentemente que las políticas económicas del gobierno son completamente responsables de estos aciagos resultados que echaron por tierra los avances sociales que, de la mano de una gigantesca renta petrolera, se habían obtenido hasta la fecha. La hiperinflación inducida fue una máquina aplanadora de los DESC en su versión más primaria.

A la fecha, los datos más asombrosos de la inflación parecen haber quedado, relativamente, atrás. Sin embargo, el cierre del año 2022 trajo consigo un dato desolador: Venezuela tiene la inflación más alta del mundo: 305 %, según el Observatorio Venezolano de Finanzas. Ello implica que el aumento salarial del pasado 15 de marzo de 2022, fue completamente licuado en su poder adquisitivo, y que los problemas de la inflación desmedida, siguen vigentes.

La increíble caída del 99 % en la liquidez monetaria, medida en dólares de EE.UU.

Como bien lo muestra el gráfico a continuación, para el año 2011 la liquidez monetaria en bolívares, dividida entre el tipo de cambio paralelo de ese mismo año, arrojaba la cifra de 47 mil millones de dólares[10]; una cantidad relativamente baja para un país de alrededor de 27 millones de habitantes. Pero, para enero del año 2023, esa cifra ha caído a apenas: 973 millones de dólares. La estrepitosa desaparición del 98 % del dinero en bolívares que estaba circulando, ha dificultado al extremo todo el trasegar de una economía ávida de capital. Semejante contracción monetaria implica la imposibilidad de contar con el dinero suficiente, la sangre del sistema, para poder realizar las transacciones que requiere la economía, ello imposibilita la consecución de los DESC, al no haber mecanismos financieros suficientes que faciliten el desarrollo de actividades productivas.

Figura: 1. Gráfico: Liquidez monetaria (bolívares) equivalentes a dólares.

Fuente: Gráfico de elaboración propia con base a datos del Banco Central de Venezuela (BCV), y datos del tipo de cambio paralelo (cotización de dólar Today) para el período 2004-2019. Del 2020 en adelante se usó la cotización del dólar de las mesas interbancarias que arroja el BCV.

Las cantidades de divisas que circulan por el país alivian un poco la escasez de dinero y facilitan las transacciones comerciales habituales. Aun así, y siendo realmente generosos, diríase que si en Venezuela circulan alrededor de 6 mil millones de dólares[1], como parte de la llamada “economía subterránea” de intenso movimiento de divisas en cash, esa cifra sólo representaría unos 168 dólares per cápita, a febrero de 2023. Ello sería equivalente a decir que hay 5 veces más dólares que bolívares en la economía[2]. Aunque se unieran bolívares y dólares, aún tendríamos 7 veces menos liquidez disponible que Bolivia y unas 12 veces menos que la servible en Uruguay, que tiene 10 veces menos población que Venezuela. Ello implica, entre otras cosas, una atroz insuficiencia de medios de desembolso que asfixia al comercio y a la poca industria que aún no persiste.

Lo anterior incide en la nula capacidad bancaria para apalancar a la economía, al estar prácticamente vedado cualquier tipo de financiamiento, ni al consumidor (los límites de las tarjetas de créditos son absurdamente bajos, Ej.: 1 dólar), ni a las empresas. Ni hablar que el gobierno impone farragosos recaudos e interminables pasos burocráticos para la actividad bursátil. La inexistencia de créditos habitacionales frustra la posibilidad de obtener una vivienda a millones. Ello es otro de los punzantes entorpecimientos al desarrollo de la actividad económica que obstaculizan las vías necesarias para cumplir con los DESC.

En el gráfico siguiente se denota la desaparición del dinero en físico (billetes y monedas) en Venezuela, llevada a términos reales, es decir, dividiendo la cantidad de bolívares entre el tipo de cambio vigente. Acá se muestra que, por habitante, en enero de 2023, apenas hay un equivalente en bolívares de 1,60 dólares per cápita; una cifra diminuta. Los medios de liquidaciones digitales no pueden sustituir a una inmensa cantidad de pagos que deben hacerse a diario, y que mucha gente que no maneja la tecnología, está impedida de realizar. Adicionalmente, muchas personas no tienen ni computadoras, ni teléfonos inteligentes. Esta gravísima escasez de efectivo trae inmensos problemas a la población, son un escollo monumental para el progreso comercial del país. Las divisas en circulación no satisfacen esta necesidad. La inmensa mayoría de los billetes que circulan, de dólares fundamentalmente, son de piezas de alta denominación, ello complejiza y entorpece la fluidez y la velocidad que requieren muchas transacciones. Muchas personas dejan de vender o dejan de comprar bienes esenciales, por esta grave falla del sistema monetario.

Figura: 2. Gráfico: Bolívares en efectivo, equivalentes a dólares, per cápita.

 Fuente: Gráfico de elaboración propia con base a datos del Banco Central de Venezuela (BCV), y datos del tipo de cambio paralelo (cotización de dólar today) para el período 2004-2019. Del 2020 en adelante se usó la cotización del dólar de las mesas interbancarias que arroja el BCV. Para la población total del país se usó la información del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Lamentablemente, muchas ONG, partidos políticos y demás organizaciones sociales, han pasado por alto, o comentado poco, la gravedad de la continua y flagrante violación a los derechos económicos de la población. Aunque en este artículo nos hemos enfocado en algunas de las consecuencias más graves que la anarquía monetaria impone sobre el ciudadano, aún faltarían muchos atropellos a los DESC que no hemos comentado. Ojalá y se pueda arrojar luz sobre este importante tema, y a partir de ahí, empezar a construir soluciones sensatas a una problemática urgente. Sin estos derechos, los demás son irrealizables y el bienestar inalcanzable.

[1] Hidalgo, E. (3 de octubre de 2020). Caraotadigital.net. Obtenido de https://www.caraotadigital.net/nacionales/economia-secreta-conozca-cuantos-dolares-circulan-en-venezuela-cuyo-origen-se-desconoce#:~:text=La%20denominada%20%E2%80%9Ceconom%C3%ADa%20negra%E2%80%9D%20se,la%20firma%20de%20Baker%20McKenzie

[2] La dantesca sobrevaluación del tipo de cambio hace que los cálculos sobreestimen fuertemente a la cantidad de real de bolívares que hay disponible en la economía. Nuestras estimaciones arrojan a que el tipo de cambio podría ser hasta 5 veces más alto que el que publica el BCV y las páginas webs locales.

1] Naciones Unidas. Oficina del Alto Comisionado. (s.f.). https://www.ohchr.org/. Recuperado el 11 de Mayo de 2022, de https://www.ohchr.org/es/instruments-mechanisms/instruments/international-covenant-civil-and-political-rights

[2] Oficina del Alto Comisionado de la ONU. (s.f.). Naciones Unidas. Recuperado el 10 de Mayo de 2022, de https://www.ohchr.org/es/human-rights/economic-social-cultural-rights

[3] Ibíd.

[4] Oficina del Alto Comisionado de la ONU. (s.f.). Naciones Unidas. Recuperado el 10 de mayo de 2022, de https://www.ohchr.org/es/human-rights/economic-social-cultural-rights

[5] Naciones Unidas. Oficina del Alto Comisionado. (s.f.). https://www.ohchr.org/. Recuperado el 11 de mayo de 2022, de https://www.ohchr.org/es/instruments-mechanisms/instruments/international-covenant-civil-and-political-rights

[6] Sutherland, Manuel. Entre 32 y 40 años Venezuela tardaría en recuperar su PIB… con suerte. Recuperado el 10 de febrero de 2022, disponible en: https://politikaucab.net/2022/02/10/entre-32-y-40-anos-venezuela-tardaria-en-recuperar-el-pib-de-2013-con-suerte/

[7] Siempre que se hable de dólares, se hará referencia a dólares de EE.UU.

[8] Banco Central de Venezuela. (s.f.). BCV. Recuperado el 25 de Abril de 2021, de http://www.bcv.org.ve/

[9] Dicho record inflacionario se alcanzó en aquel infausto año de 1996 donde la inflación anual alcanzó el 103,24 % (Banco Central de Venezuela).

[10] Siempre que se hable de dólares, se hará referencia a dólares de EE.UU.

Este articulo fue tomado originalmente del siguiente link: https://politikaucab.net/2023/02/03/la-flagrante-y-continua-violacion-a-los-derechos-economicos-la-destruccion-del-dinero/

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s